Ordenes del amor en las Constelaciones Familiares

Son una herramienta ideal para profundizar en nuestro linaje familiar y descubrir las historias origen, de las dinámicas repetitivas que hacen parte de la personalidad, la forma de pensar y actuar de algunos de sus integrantes en todas sus siguientes generaciones.

Este método creado en base a la información y a la sabiduría que han dejado nuestros ancestros, y estructurado por el psicoanalista Berth Hellinger, nos enseña lo que el ha llamado las ordenes del amor en la familia y que aplicado en nuestro grupo familiar aporta la sanación, la disolución de conflictos, bloqueos y abre caminos hacia el éxito y la armonía. Estos procesos se han podido comprobar durante el estudio que se ha realizado a familias discordantes, con respecto a su genealogía familiar, dando como resultado la efectividad en más de un 90 %.

Estos ordenes familiares del amor son:

 

La ley de PERTENENCIA

 

Esta ley nos habla del derecho a pertenecer a un grupo familiar, a ocupar un lugar en esta consciencia vital, independientemente de lo que sea o de lo que haga la persona, ya que su rol es necesario para el crecimiento y la conservación de todo el clan.

Desde el nacimiento nos vinculamos y pertenecemos a esta familia, en muchos casos antes de nacer ya pertenecemos. Esta pertenencia es la que nos da la fuerza, la estabilidad y el apoyo que sentiremos toda nuestra vida y el pilar del éxito en muchos aspectos de la adultez.

La mayoría de familias excluyen a sus integrantes por nacer fuera de la pareja establecida, o por enfermedades incurables como los retrasos mentales, o porque no cumplen con las expectativas de sus padres o de sus tradiciones, o simplemente no coinciden con las mismas creencias, entonces les llaman las ovejas negras, los descarriados, los bastardos etc, y los condenan a sentimientos de incomprensión, incertidumbre, desvaloración, rechazo, sensación de no estar a la altura y en general a la soledad.

La exclusión en el sistema, que se da en muchos casos por dolor o por vergüenza, hace que los miembros sean olvidados, despreciados y/o juzgados, creando un desequilibrio sistémico. Y es aquí donde el mismo sistema busca equilibrar, intentando conservar la integridad del grupo, tomando alguno o algunos miembros de generaciones posteriores que retomen el asunto pendiente, se vinculen con el excluido repitiendo el mismo programa o destino y asi abrir una nueva posibilidad u oportunidad para ser reconocido de nuevo en el clan y reparar su emoción de dolor.

 

La JERARQUIA el orden de prioridades

El sistema familiar exige que haya un orden donde cada uno ocupe su lugar, la conciencia del espíritu familiar concede la prioridad a las personas que llegaron primero a la vida y que tienen más tiempo en el recorrido vital del grupo, marcando el orden de llegada asi:

Los ancestros son mas grandes que los padres y los padres mas grandes que los hijos.

Los que han venido antes tienen prioridad y mas derecho que los que vienen después.

Porque los que vienen después son fruto de los que ya se han ido, o sea, sin ellos no podrían existir… este concepto les avala su grandeza.

En nuestras culturas actuales, a veces los hijos se sitúan por encima de sus padres y abuelos, de manera irresponsable y a veces cruel, creyendo que por situaciones materiales o de conducta, son inferiores. Y se toman el derecho de juzgarlos y condenarlos, incluso maltratarlos. Toman el lugar de sus padres y/o muchas veces el de sus parejas o exparejas, y aquí se rompe dolorosamente esta ley.

¿Me sitúo como el grande respecto a mis hijos? o

¿Cargo a mis hijos con mis asuntos?

Aquí también se evidencia el lugar equivocado, cuando los padres abandonan su propia vida responsabilizando a sus hijos de su bienestar y tranquilidad tanto física como emocional. Con la equivocada idea de recibir lo que ellos ya les han dado cuando pequeños. O solo porque están en capacidad de hacerlo, o porque los padres se sienten superados por sus hijos.

Cada uno debe ocupar su lugar con la plena seguridad y la estabilidad que le proporciona su propia vida.

En el caso de los hermanos:

Aunque vienen como parejas o equipos, con el fin de apoyarse en igualdad para un fin determinado con el clan, cada uno trae su propio reto, es por esto por lo que muchas veces no se ven ni se sienten como hermanos, pero tienen una misión en la sanación de múltiples conflictos y situaciones no resueltas de sus antepasados. Se considera que el que viene primero tiene prioridad sobre el siguiente y asi sucesivamente, esta prioridad se mantiene con rasgos de grandeza en amor, apoyo, aceptación, gratitud, respeto y consideración.

En muchos casos se confunde esta prioridad y se toma como un autoritarismo sobre el otro, esta confusión hace perder su lugar de hermano e intentar ocupar el del progenitor, causando asi la repetición de los conflictos y el ambiente bélico entre todos, pues los demás también pueden perder su lugar y esto dificulta aún más la misión de reconocimiento y reparación. Es una de las situaciones donde mantener su lugar es más difícil, por la igualdad que existe. Pero los hermanos son el mejor equipo de sanación para un completo sistema familiar.

Y en el caso de las parejas también existe una igualdad entre si, las parejas son personas que llegan a hacer parte del árbol por resonancia en sus misiones de vida y también por asuntos sin resolver de ese mismo clan u otro clan involucrado, como por ejemplo donde se han experimentado asesinatos, estafas, infidelidades, malas sociedades, hijos no reconocidos etc, que vienen a reparar desde el amor.

Para formar una pareja, o sea un nuevo sistema, se debe dejar el anterior o sea el de los padres o relaciones anteriores y en este caso el sistema actual tiene prioridad sobre el primero, por lo que cuando una persona no suelta el sistema anterior, las posibilidades de éxito en su relación de pareja son limitadas.

Por eso es importante conocer y mantenerse en el lugar del sistema familiar que le corresponde para preservar la armonía y el orden.

 

La ley de la COMPENSACIÓN

 

 

Esta ley nos habla de dar y recibir en igual medida.

Primero llega el tiempo de recibir y solo cuando se ha recibido se puede dar.

Empezamos por la vida, primero recibo la vida con amor y agradecimiento en las condiciones que se me dé, luego recibo las experiencias de la niñez y adolescencia para experimentar mi desarrollo en este mundo. Y que serán la base de lo que en la adultez devuelva a la vida, por medio del amor, del trabajo, de la aceptación, etc.  Luego es el tiempo de dar… la vida a los hijos, dar a la sociedad, dar a la familia, etc.

La vida que es recibida de los padres no se puede compensar a través de ellos, entonces el sistema lo equilibra entre generaciones, de este modo: una generación da la vida para que la siguiente la tome y de vida a la siguiente generación, que la tomara y dará vida a la siguiente y asi sucesivamente para mantener vivo el sistema familiar.

Entre hermanos los mayores darán mas a los pequeños y ellos luego suelen compensar ocupándose mas de sus padres o hermanos cuando son mayores.

En la pareja se da una relación de iguales, para mantener un equilibrio, cuidando que ninguno de mas ni menos que el otro, porque inconscientemente se crearan sensaciones de desigualdad, de superioridad e inferioridad que pueden destruir la relación.

Asi pues, cumpliendo estas leyes se ha observado que en muchos sistemas familiares se ha recuperado el equilibrio, la armonía y la eliminación de bloqueos en muchas otras áreas de la vida de los miembros de estos sistemas.

Después de tener esta información te invito a realizar al menos una vez una Constelación Familiar, con el fin de sanar tu linaje y optar a la apertura de nuevas oportunidades autenticas para crear tus propias experiencias de vida.

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